Las historias que nos contamos
- shamapsico
- 6 dic 2023
- 2 Min. de lectura
Siempre me ha parecido interesante cómo realmente vivimos las narrativas que vamos construyendo a lo largo de la vida... Hemos aprendido ciertas cosas sobre nuestro rol en nuestros vínculos, y a partir de ahí vamos construyendo historias.
Es fascinante la forma en que un cambio de narrativa puede hacer un cambio en la experiencia de vida de una persona. Nuestro lenguaje nos construye mucho más de lo que pensamos que lo hace.
¿Alguna vez les ha pasado que perciben "rara" a una persona cercana, y asumen casi de inmediato que ya el vínculo va a terminarse? Como que comenzamos a crear historias a nivel interno que nos llevan a "completar" esos espacios en blanco que tenemos con respecto a lo que ocurre a nuestro alrededor. Y esto no es "nuestra culpa", sino que es la forma en que nuestro cerebro está cableado para dar sentido a lo que ocurre en nuestro entorno.
Las personas necesitamos entender, necesitamos explicaciones y aclaraciones y, cuando no las tenemos, las creamos: "ah sí, estaba serix, seguro es que ya no me quiere". Sin embargo, es muy posible que en el mundo interno de la otra persona, haya otras miles de cosas ocurriendo que no tienen nada que ver con nuestro vínculo.
Por este tipo de situaciones es que yo me he vuelto fiel creyente de preguntar. Lastimosamente, también se nos enseña que preguntar y asegurarnos de que todo está bien es una forma de "intensidad indeseable"; yo estoy en total desacuerdo con esto, considero que esa intensidad es muy deseable y muy necesaria, porque demuestra interés e intencionalidad.
Una forma que Brené Brown ha mencionado en alguna de sus charlas, es "la historia que me estoy contando", donde le comunica a su vínculo, por ejemplo: la historia que me estoy contando en este momento, es que me respondiste así porque estás harta de mí y ya no soportás pasar tiempo conmigo, ¿es así? Esta herramienta me gusta mucho, porque permite que busquemos la reafirmación que estamos necesitando, sin pasar por un problema previo innecesario. Además, dejamos de lado la acusación, y no permitimos que nuestro cerebro se vaya en el hoyo negro de los pensamientos abstractos.
En mi experiencia, la práctica de este tipo de preguntas y conversaciones hace que vayamos recolectando evidencia en nuestros vínculos sobre el lugar que ocupamos en la vida de quienes nos importan. Comenzamos a aprender que somos importantes, que nos valoran y que la voz crítica es -muy probablemente- interna y aprendida, pero no responde a la realidad.
¿Cuántas historias te estás contando en este momento, que podrían beneficiarse de una conversación?



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